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(Foto de la organización, Tenerife Bluetrail) |
Hace tiempo que deje esto a medias, comencé a escribir pero después lo dejo, y ahora pues me ha apetecido terminarlo.
Anteriormente comenté (hace bastante tiempo) los entresijos de la carrera, pero lo hice desde un punto de vista extremo. Ahora quiero hacer algo similar pero deseo contar todo lo vivido desde dentro. Son esas cosas que si no se cuentan nadie las sabe.
Contaré la mayor parte, y otra pequeña me la reservo para mí y para los más cercanos. Para hacerlo más fácil para el que escribe, cada párrafo describe algo particular, también lo haré según avanzo la carrera.
En la salida me encuentro, de pie y rodeado de otros corredores. Seguramente todos con inquietudes similares. Para estar aquí he tenido que ser algo valiente e inscribirme en algo tan largo. Por otro lado, también hay unos buenos entrenamientos para poder afrontar esto con algo de garantías. En definitiva, es especial llegar y estar aquí de pie, son sensaciones muy particulares las que fluyen por dentro, es algo que no se puede explicar con palabras, hay que sentirlo para saber lo que es (por ejemplo hay mucho respecto e ilusión)
Ha comenzado la carrera y ya estamos en movimiento, con tranquilidad me lo tomo. Si fuera futbolista sería como estar en el vestuario ultimando los últimos preparativos y concentrándome para salir al campo. He tenido suerte y rodeado de 3 amigos me encuentro, entre otros corredores (Suso, Javi - nuestro querido Muflón - y Jesús) Como no siempre se puede compartir carreras con amigos, me siento afortunado de ello, por lo que aprovecho para hablar con ellos.
Lleno de motivación voy durante los primeros kilómetros ó las primeras horas, según se mire. Y junto con la emoción esta parte se me ha pasado muy rápido, cuando me doy cuenta ya han pasado algo más de 3 horas y estoy en Vilaflor.
Cada vez que veo a alguien conocido me alegro mucho y por un instante desconecto, sobre todo cuando se trata de Carol (mi novia, por si alguien no lo sabe).
Acabo de dejar atrás Vilaflor y desde hace mucho la carrera se ha vuelto muy solitaria, y ahora es cuando tengo mi primera crisis. Mi motivación ya no es la misma y los primeros síntomas de cansancio aparecen. Ahora es cuando mi cabeza piensa más en la carrera y me concentro en ella. En lo que se refiere a mi ritmo de carrera, es un poco más lento.
Por esta zona, al estar alejados de las luces, el cielo estrellado es un regalo para la vista, a lo que hay que sumar la luna llena. En algunas ocasiones miro hacia arriba y reconozco alguna constelación (algunas de las pocas que sé). Veo la constelación de Escorpio y pienso que cuando vea a Carol en El Parador, le digo que mire hacía allí para que la vea -- nunca me acorde :(. La Luna también se ve preciosa, cada vez más grande al estar más alto, y con un tono amarillo, una noche espectacular.
Está amaneciendo y voy por montaña blanca, son las 7 de la mañana, acabo de apagar el frontal y parece que me he quitado un peso de encima. Desde hace mucho tenía ganas de apagar el frontal y correr sin la luz del aparato, pudiendo mirar al frente y no al suelo. También miro hacia el horizonte, hacia el levante, donde poco a poco el sol va gadando altura. Desde aquí se muy bien el amanecer, y pienso que si vengo un día con Carol a ver amanecer (algo que tenemos pendiente) pues aquí será un buen sitio para ello, aunque hay que caminar poco desde la carrera para tener una mejor vista. Por otro lado, me doy cuenta que el aire aquí es muy limpio y los colores del entorno se ven muy bien, y junto con el contraste del suelo blanco de la zona hacen un paisaje muy bello.
Acabo de dejar atrás a dos corredores que me precedían, por lo que soy segundo de la carrera. Llegado a este punto, es la mejor posición que podré alcanzar, la otra tiene nombre y apellidos. Decido aprovechar este momento, en el cual estoy bien y con motivación, para intentar alejarme lo más posible y obtener una buena renta. Por ciento, voy camino hacia la Cruz del Dornajito.
Me acuerdo mucho de la edición de este año de El Hierro, en la cual llegue a ponerme tercero, cerca del segundo (J. Ramón) pero en la bajada final me adelanto el 4º y termine 4º, al final llegamos, segundo, tercero y cuarto en un minuto. Ahora estoy segundo y me centro en ir lo mejor posible para mantener este puesto y llegar así a meta.
Todavía no he llegado a la zona de Los Órganos, pero ya me estoy mentalizando que el paso por allí se va a hacer largo, y me pongo a pensar en la zona y a recordar algunos entrenos por allí.
Muy emotivo y sorprendente fue el encuentro con Miguel en los aparcamientos de Montaña Blanca y con Santi por la zona de Los Órganos, aunque no se si ellos se sorprendieron más.
De los Órganos hacia abajo voy haciendo cuentas: pienso en los que vienen detrás ¿qué tiempo puedo hacer en meta? ¿cuántos kilómetros me quedan? Parece que voy a llegar en menos de 12 horas, según avanzo voy pensando en los minutos que puedo hacer hasta meta, viendo los kilómetros que quedan y el ritmo que puedo llevar. Cada vez que avanzo vuelvo a pensar en las 12 horas y ha hacer cuentas de nuevo.
He entrado en meta y estoy feliz por ello, pero sé que todavía no soy muy consiente de lo singular que es terminar una ultra y encima hacerlo segundo. Todo transcurre similar al post de cualquier carrera, por lo menos para mí, porque en lo que pienso es en sentarme, descansar, comer y beber, ducharme,… Pero la gente está diferente, sobre todo los que me conocen, los veo muy sorprendidos y contentos, me felicitan mucho y me pregunta sobre la carrera. A veces pienso en esto, y me doy cuenta que muchos me tienen mucho aprecio, y he visto mucha felicidad en ellos. Esto es algo muy emotivo para mí y de lo cual me siento muy feliz, algo que no tiene precio.
Ahora que ha pasado bastante tiempo soy más consiente de ello, y sinceramente me siento gratificado por ello. Si me preguntarán con que me quedaría de la carrera, lo tengo muy claro, con los amigos.