Afortunadamente, por aquí, en la isla de Tenerife, existe actualmente una gran afición a las carreras, ya sean de montañas o de asfalto. Poco tiempo es el necesario para conocer parte de este mundo y entablar amistad con unos cuantos. Y así es mi caso, actualmente tengo la suerte de tener unos cuantos amigos en este mundo, con los cuales puedo compartir entrenamientos, con unos más y con otros menos. Está expresión “¡Si corres solo, es porque quieres!” la he escuchado alguna ves, y viene a decir que si haces entrenamientos solo es porque has querido, porque lo más probable es que puedas encontrar a alguien que te pueda acompañar.
En mi caso particular, me gusta mucho tener compañía, pero a ves me digo a mi mismo, ¿y por que no correr solo? Pues sí, muchas veces me gustar ir a correr solo, yo y el vacío. Este sábado pasado ocurrió así. Se trato de un entrenamiento de 3 horas continuas por el monte, recorriendo unos cuantos kilómetros que discurrieron por la zona de La Esperanza hasta La Matanza y vuelta.
Me agrada algunos entrenamientos de este tipo, me encuentro solo ante el silencio, rodeado por la nada e inmerso en un todo, en la naturaleza. En estos momento no solo se cultiva el cuerpo sino también la mente, me sirve para poner en equilibrio las dos partes de mi ser, el cuerpo y la mente. Dos entes bien diferenciados pero que deben de convivir juntos y estar en armonía. Creo que un cuerpo sano influye positivamente en nuestra mente, al igual que nuestra mente en él. Estas ocasiones me sirven de meditación, aprovecho para pensar en todo aquello que rodea a mi vida, librear tensiones provocadas por nuestro ritmo de vida, aclarar mis ideas,..
Os puedo decir, al menos así es mi caso, que gracias a este deporte las cosas de las vida las veo desde una perspectiva mejor y con mayor claridad.
En mi caso particular, me gusta mucho tener compañía, pero a ves me digo a mi mismo, ¿y por que no correr solo? Pues sí, muchas veces me gustar ir a correr solo, yo y el vacío. Este sábado pasado ocurrió así. Se trato de un entrenamiento de 3 horas continuas por el monte, recorriendo unos cuantos kilómetros que discurrieron por la zona de La Esperanza hasta La Matanza y vuelta.
Me agrada algunos entrenamientos de este tipo, me encuentro solo ante el silencio, rodeado por la nada e inmerso en un todo, en la naturaleza. En estos momento no solo se cultiva el cuerpo sino también la mente, me sirve para poner en equilibrio las dos partes de mi ser, el cuerpo y la mente. Dos entes bien diferenciados pero que deben de convivir juntos y estar en armonía. Creo que un cuerpo sano influye positivamente en nuestra mente, al igual que nuestra mente en él. Estas ocasiones me sirven de meditación, aprovecho para pensar en todo aquello que rodea a mi vida, librear tensiones provocadas por nuestro ritmo de vida, aclarar mis ideas,..
Os puedo decir, al menos así es mi caso, que gracias a este deporte las cosas de las vida las veo desde una perspectiva mejor y con mayor claridad.
